martes, 1 de diciembre de 2009

EL SUCRE: MONEDA ÚNICA PARA LOS PAÍSES ASOCIADOS AL ALBA
Todo proceso de integración económica y monetaria en determinado momento deberá armonizar las políticas económicas y monetarias de los Estados miembros con el fin de implantar una moneda única.

Los equipos técnico-económicos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Honduras, Nicaragua, Dominica y Ecuador han preparado uno de los temas que sus Mandatarios abordaron en la Cumbre Presidencial del ALBA: la implementación del Sucre como moneda común.
El ALBA, como proyecto integracionista, pretende la colaboración a nivel político, social y económico entre sus miembros como contrapartida al ALCA impulsada por los Estados Unidos. El acuerdo que dio origen a la iniciativa anterior es el de la creación de una zona Monetaria Común entre los países miembros del ALBA y Ecuador, Zona que contará con una unidad de cuenta común, transacciones homologadas y fondos de compensación para finalmente adoptar el Sucre.
Es evidente que el reemplazo de monedas locales por una moneda “internacional” multiplica el comercio entre los países que la utilizan, facilita el acceso a los mercados financieros mundiales y favorece la integración de los Estados que la impulsan pero, es de advertir, que todas estas ventajas se logran en el caso de monedas internacionalmente aceptadas como el euro, el dólar o el yen.
Los procesos de integración, en todas sus etapas, tienen una característica muy marcada, su gradualidad, la cual hace referencia a mecanismos escalonados, paulatinos y crecientes: sin prisas pero sin pausas, con calma pero sin saltar o quemar etapas.
Las integraciones monetarias tienen condiciones y políticas básicas como son: la total e irreversible convertibilidad de las monedas entre sí; la plena integración de los sistemas financieros; y la libre movilidad de personas, bienes, servicios y capitales.
La creación de un banco central común, a cargo de quien estará la emisión de la moneda común así como el establecimiento de la política monetaria común, viene a ser la última etapa de la integración monetaria.
Tanto los países centroamericanos miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) como los Estados miembros del ALBA poseen monedas locales que no tienen circulación más allá de sus propios territorios, salvo El Salvador y Panamá que poseen sistemas dolarizados y, en casos de devaluaciones frente al dólar, los precios de los bienes suben “proporcionalmente” de tal manera que las devaluaciones conducen a las tan temidas inflaciones.
Por cuestiones como las expresadas es que considero que de emitirse el Sucre solamente podrá usarse entre los países miembros del ALBA pues su aceptación a nivel mundial sería el mismo que el de sus monedas existentes.

2 comentarios:

Material presentado con Fines Academicos y Profesionales dijo...

El Sucre como unidad de cuenta, que servira como medio de intercambio, hace que la Alianza ALBA se diferencie de otros acuerdos regionales que no presentaron este tipo de proyectos con aproximacion de dinamica economica, a atraves de politicas monetarias de las naciones integrantes, con un fondo de compensacion regional, que progresivamente eliminara algunos obstaculo del comercio internacional con respecto a las incongruencias del sistema monetario mundial y la referencia oficial, como lo es Dolar (USD)

Unknown dijo...

Interesante el artículo y también interesante el comentario del profesor Nelson Ford Jaimes, sin embargo, más como hombre precavido, que con intenciones de ser crítico, me pregunto: ¿Estaremos los países miembros del ALBA en capacidad para emprender un proyecto de esta naturaleza? Vaya que la integración regional es inmensamente necesaria para buscar la forma de fortalecer nuestras economías, pero hay que advertir que las diferencias en las economías particulares de cada miembro y sus condiciones estratégicas, amén de sus altos niveles de Corrupción (En donde Venezuela ocupa el puesto 162 de 180 países evaluados) [1], resultan un elemento de alto riesgo, y más si el marco es una crisis global que ha debilitado las estructuras productivas de cada nación.
Debemos recordar que si bien para 1993 se conformo la Unión Europea y para el 2001 empezó a circular el Euro (€), los antecedentes de esta consolidación están vinculados a la década de los 50’s con el fin de la Segunda Guerra Mundial y las creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) y la Comunidad Europea de Defensa (CED). Con esto quiero decir que el proceso de la consolidación económica tal y como lo escribió la compañera Raquel Villareal “Los procesos de integración, en todas sus etapas, tienen una característica muy marcada, su gradualidad, la cual hace referencia a mecanismos escalonados, paulatinos y crecientes: sin prisas pero sin pausas, con calma pero sin saltar o quemar etapas.”[2], y que si bien ya existe esa experiencia, como naciones con intención de progresar tendremos muy bien que revisar los procesos para evitar los retrasos y obstáculos y obtener una unificación económica solida y reconocida internacionalmente.

[1] Según informe publicado en Berlín el 18 de noviembre, por la organización Transparencia Internacional, se evidencia el nivel de otros países con puntuaciones bajas: Bolivia (puesto 120), Nicaragua (130), Honduras (130), Ecuador (146) y Paraguay (154).
[2]Villareal Raquel (2009) EL SUCRE: MONEDA ÚNICA PARA LOS PAÍSES ASOCIADOS AL ALBA. [Contenido en línea] Disponible en: http://lacomunicaciongerencial.blogspot.com/ [Tomado en fecha: 05/12/2009]